El Santa Inés a punto de encallar

El Santa Inés a punto de encallar

El Rayo Vallecano ha sufrido esta semana otro ataque más a los pilares de su institución, y cada vez más cerca de que el próximo sea mortal. Al inicio de esta semana LaLiga sacaba un comunicado en el cual decía que se había abierto una investigación al Rayo. Dicha investigación procedía por parte de la agente de Advíncula por supuestos pagos del salario del peruano en Panamá. Esto creó una ola de diferentes vertientes sobre posibles sanciones al club, desde reducción límite salarial o un descenso administrativo a Segunda B.

Tras estas informaciones, el club y el propio jugador sacaron sendos comunicados oficiales defendiéndose y desmintiendo estos pagos a través de paraísos fiscales. El primer cañón ya había impactado en el Santa Inés, y no sería el último.

Esa misma noche, la Cadena SER, sacaba a la luz audios internos del club con David Cobeño implicado. El exjugador y ahora director deportivo se ve involucrado en audios en los que podría ser un conflicto de discrepancias con Jémez. En el primero dice que con su relación con Míchel era buena y en ocasiones le aconsejaba, pero con Jémez prefería que «se diese él la hostia». En el segundo, comentaba que Jémez actuaba por impulsos y que de repente le podías encantar y a los 15 días dejarle de gustar, en una supuesta conversación con Advíncula. Tras la filtración de estos audios, y según El Larguero, Cobeño le habría pedido perdón a Jémez  y habría presentado su dimisión.

Quizás la salida de estos audios sean el mejor escaparate para tapar una supuesta evasión fiscal por parte del club, pero, ¿de verdad tapa algo o lo ensucia más todo? A día de hoy, no me creo que aquellos que dirigen al Rayo consigan empeorar la pésima situación que vive al club, al borde del abismo y rozando golpes mortales. No puede ser que una institución casi centenaria y que ha conseguido poner al barrio en conocimiento de media Europa, decida estar continuamente asestándose heridas de guerra.

Porque es comprensible que un mal año lo tengas y desciendas, hasta los más grandes lo han podido sufrir. Pero no es comprensible que hayas conseguido generar tal crisis en la que estés poniendo al Rayo entre los cuidados paliativos o la eutanasia, ahora que está de moda el debate. Cada día que pasa, menos dirigentes se enteran de que no pueden dirigir clubes de fútbol como empresas, porque siempre descuidan al mayor de sus activos: la afición.

Decía Bismarck que España era el país más poderoso porque siempre se intentaba auto destruir y nunca lo conseguía. Pues parece que el Rayo va por el mismo camino. Son muchas piedras ya, y mucho tiempo también. Alguien debería de asumir responsabilidades por el bien de todos. Todos pensamos en el mismo nombre: Raúl Martín Presa, y estoy de acuerdo. Creo que lleva años de tardanza, sí, pero también la gente debe impedir que no mate a nuestra franja.

No podemos permitir que tenga el estadio en las condiciones que está; que exista una comunicación penosa con los medios y la afición; que tengamos una Ciudad Deportiva infame; y, la milonga de que no hay dinero, ya no se la cree nadie. Ser del Rayo a día de hoy es un ejercicio de supervivencia, pues ya no es una guerra directiva-afición, sino que ahora hay mil frentes abierto. Estadio desangelado por protestas de los abonos, comunicados de la plantilla, gestión nefasta, resultados no muy buenos y, así, me podría tirar hasta mañana.

Pero desde aquí pediría, señor Presa, que abandone esta institución antes de que muera en sus manos. Un barrio no se merece una nefasta gestión y una cabezonería impropia de un ser humano. Dicen que en un navío, el capitán debe ser el último en abandonar el barco y, si de verdad se hunde el Rayo, nosotros preferimos ser todos capitanes del Santa Inés y hundirnos junto a él. Porque si hay gente que merece disfrutar de su equipo es la afición, pero no merece estar divida por su equipo. Responsabilidades, dimisiones, y ya de fútbol, hablamos otro día.

Alberto T.