Álvaro García: la historia de cómo ganarse una renovación en el campo
Este jueves 21 de octubre, el Rayo Vallecano anunció la renovación de Álvaro García. La duración del contrato se alarga hasta 2026, extendiendo su vínculo con Vallecas por tres años más de lo que ya tenía firmado. Esta renovación ha sido aplaudida por la afición dado el gran nivel que está mostrando el jugador, pero hace unos años esto hubiese sido impensable.
Álvaro llegó a Vallecas en el año 2018. Fue un verano rocambolesco en el que el Cádiz acordó su traspaso a la SD Huesca pero Álvaro, a través de un comunicado, rechazó marcharse a tierras oscenses porque tenía otras ofertas de Udinese y Beijing Renhe que los gaditanos no habían escuchado. Finalmente, el extremo llegó al Rayo de Míchel por una cantidad cercana a los 5 millones de euros, que lo convertía en el fichaje rayista más caro de la historia.
En su primer año en Primera y el primero con la franja, Álvaro jugó un total de 1.877 minutos en los que anotó cinco goles y repartió cuatro asistencias. No parecen malos números para un futbolista de un club recién ascendido; sin embargo, el alto precio pagado por él, en comparación al rendimiento ofrecido, empezaron a generar dudas en la afición
La exigencia del máximo nivel competitivo nacional, que era una categoría que el utrerano no había pisado, y la necesidad de adaptarse a un nuevo sistema radicalmente opuesto al de Álvaro Cervera, fueran las principales causas del bajón en los números del dorsal 18.
Al final de esa temporada, el Rayo iba a cambiar de entrenador. El sustituto de Míchel iba a ser Paco Jémez, entrenador de la mejor temporada de la historia del Rayo (la 12/13 en la que el equipo fue 8º con 53 puntos). Todos conocemos lo inverosímil que fue la temporada 19/20 a nivel extradeportivo, pero a nivel deportivo el equipo también se vio afectado. Álvaro jugaría 2.278 minutos en los que marcó 4 goles y dio 4 pases de gol. De nuevo una temporada con poco que resaltar para unos aficionados que se empezaban a cuestionar el fichaje de un futbolista que se volvía a ver perjudicado por el sistema. Pero la llegada de Andoni Iraola lo cambió todo.
El usurbildarra llegó el verano de 2020 para cambiarle la cara al Rayo. Un sistema mucho más directo, ofensivo, que exigía mucho trabajo tanto con balón como sin él. Básicamente se trataba del sistema perfecto para el de Utrera. Si algo ha caracterizado la carrera de Álvaro es su entrega en el campo: no se deja un gramo de fuerza en la reserva del tanque, algo que siempre ha sabido valorar la afición. Además, el sistema tan vertical de Andoni esconde sus limitaciones para jugar en espacios cortos y contra defensas tan juntas y con bloques bajo.
De esta forma, la aportación de Álvaro García para el ascenso fue importantísima: 4 goles y la gran cifra de 10 asistencias en 3.776 minutos. Pero fuera de los números, la banda izquierda del Rayo Vallecano sembraba el pánico en cada estadio que se instalaba. La química que tienen Álvaro y Fran García, dos futbolistas con unas cualidades futbolísticas muy similares como la potencia a campo abierto, la velocidad y su impresionante capacidad física, les hace funcionar en el campo como si llevasen jugando juntos 15 años.
Y esta campaña está confirmando lo que ya habia demostrado el año pasado. En 722 minutos ha marcado 3 goles y en su regreso a Primera está siendo una de los futbolistas más explosivos en ataque. Valorando todo lo ocurrido, con la afición de la mano del utrerano, Álvaro enseña con la renovación que está donde quiere estar y la dirección deportiva le demuestra con la misma que lo valora como se merece. Una renovación merecidísima.
Foto: Rayo Vallecano