Cuando el Rayo rozó la final de la Copa del Rey en 1982
El Rayo Vallecano solo tiene un título oficial en sus vitrinas: el trofeo de campeón de la Segunda División logrado en la temporada 2017/2018 con Míchel como entrenador y Raúl de Tomás como principal estrella con sus 24 goles. Sin embargo, hace 38 años, el Rayo estuvo a punto de alcanzar su única final de la historia en un torneo y pelear por el que hubiese sido su primer trofeo. Se trata de la Copa del Rey de la campaña 1981/1982.
En esa histórica andadura que ahora repasaremos, el equipo franjirrojo se convirtió en el segundo equipo de Segunda A y Segunda B (el primero fue el Castilla, filial del Real Madrid, que lo logró en 1980) en alcanzar las semifinales de la Copa. En el banquillo de esa temporada estuvieron Chato González (dirigiendo al equipo las tres primeras rondas) y Manuel Peñalva. Además, algunos integrantes de esa plantilla se han convertido en iconos de la Franja, como Miguel Uceda, segunda jugador con más partidos con la camiseta rayista (429); Antonio Anero, séptimo con más partidos (301); Ángel Luis Morón, octavo en la misma clasificación (con 285); y José Rocamora, que ocupa el puesto 27 (188).
El repaso de esta bonita historia sobre una de las hazañas de la Copa del Rey es posible gracias a las hemerotecas de periódicos como Mundo Deportivo y a algunos diarios de la época como el Diario de Burgos disponibles en la Biblioteca Virtual de Prensa Histórica.
Primera ronda: AD Parla
La competición comenzaba con 136 equipos (18 de Primera, 20 de Segunda, 26 de Segunda B y 72 de Tercera división). En primera ronda, 130 equipos se medían en 65 cruces a doble partido, y, los 6 equipos restantes, AD Ceuta, FC Barcelona, Real Madrid CF, Atlético de Madrid, Real Sociedad y Valencia, pasaban automáticamente de ronda al disputar competición europea, a excepción de la AD Ceuta que logró el pase por sorteo.
El primer rival del conjunto rayista fue un equipo madrileño: la Agrupación Deportiva Parla, que jugaba en la Tercera División española. En el partido de ida, disputado en el Estadio de Vallecas, el Rayo salió con el siguiente once: Alcázar, Anero, Álvarez, García Jiménez, Rocamora, Benito, Aguilar, Juan, A.Robles, Morón y Paco.
La primera mitad estuvo igualada, con el 1-0 de Benito en el minuto 2 y el empate de la AD Parla en el minuto 38 de penalti. Sin embargo, los vallecanos se impusieron en la segunda mitad con tres goles más de Robles, Paco y Marín que sellaban el 4-1 definitivo en el marcador.
La vuelta, disputada dos semanas después, también acabaría con una goleada del conjunto rayista. Esta vez el resultado fue de 4-0, en un partido en el que destacaron Pozo y Aguilar, ambos con gol y asistencia. Los otros dos goles restantes corrieron a cargo de Juan y de Robles.
Segunda ronda: CP Cacereño
Para la segunda ronda, a la que pasaron 71 equipos, el sorteo volvía a seguir el mismo sistema que en la primera ronda. De este modo, se emparejaron los clubes en 34 cruces y, de nuevo, los equipos con competiciones europeas volvían a pasar de fase automáticamente (Real Madrid, Barcelona y Valencia solo, ya que el Atlético de Madrid y la Real Sociedad fueron eliminados de la UEFA y la Copa de Campeones de Europa respectivamente y pasaban a disputar partidos en la Copa del Rey).
Esta vez, el rival del Rayo fue el Club Polideportivo Cacereño. El conjunto extremeño militaba en la tercera división española y había vencido al CD Béjar Industrial, equipo salmantino de Tercera División, por 4-2 en el marcador global.
El partido de ida, disputado el 22 de octubre de 1981 en Vallecas, terminó con un 2-0 para el equipo franjirrojo. Los goles fueron anotados por Robles y Marín. A pesar del resultado, el Cacereño plantó cara al Rayo en el encuentro, según indica el Diario de Burgos.
La vuelta se disputó en Extremadura el 4 de noviembre y acabó con un empate a uno que significaba el pase a la tercera ronda de la Copa del Rey.
Tercera ronda: Real Oviedo CF
En la tercera ronda se disputaron 17 cruces que enfrentaron a 34 equipos, mientras que los equipos europeos previamente mencionados, siguieron sin disputar partidos.
Esta vez el sorteo deparó al Rayo un rival de su misma categoría: la Segunda División. El elegido fue el Real Oviedo CF, que llegaba a la tercera ronda tras ganar al CD Naval y Sporting de Gijón Atlético
Para el partido de ida, el equipo franjirrojo salió con Alcázar, Izquierdo, Uceda, Álvarez, Couti, Guzmán, Ángel Robles, Juan, Marín, Morón, y Aguilar.
En un Estadio de Vallecas medio vacío, el Rayo logró ganar 2-0 tras una gran segunda parte en la que Marín y Juan, que además asistió a Marín en el primero, pusieron los goles.
Con este resultado, el equipo vallecano salió con Mora; Izquierdo, Uceda, García Jiménez, Rocamora, Alvárez; Juan, Guzmán, Morón, Pozo y Aguilar; para el partido de vuelta y buscó defender el resultado de la ida con un planteamiento bastante defensivo. El planteamiento salió bien y el encuentro acabó empate a cero.
Cuarta ronda: Exento
La organización de la Copa del Rey en 1981 tenía algunas normas bastante particulares. Sobre todo la relativa a la cuarta ronda. En esta fase, quedaban 20 equipos vivos (17 equipos que habían pasado la ronda anterior y los tres de competiciones europeas). Por ello, para poder realizar cruces de octavos, solo se necesitaban a 16 equipos en la siguiente ronda. De esta forma había que eliminar a cuatro equipos para continuar el torneo.
Para conseguirlo, se realizó un sorteo en el que hubo 12 equipos exentos de jugar eliminatoria: los tres de competición europea (Real Madrid, FC Barcelona y el Valencia CF) y nueve que salieron por ese sorteo. Uno de ellos fue el Rayo Vallecano, que se convertía en uno de los 6 equipos de segunda que entrarían a los octavos de final.
Octavos de final: Atlético Madrileño (filial del Atlético de Madrid)
En la siguiente fase, cuando solo quedaban 6 equipos de Segunda División (entre ellos el Rayo Vallecano), el azar quiso que el rival del Rayo fuese otro de esos equipos de la categoría de plata. Además, el cruce sería un derbi ya que el contricante sería el Atlético Madrileño.
El Atlético Madrileño era el filial del Atlético de Madrid (el actual Atlético de Madrid «B») y estaba disputando su segunda temporada en la Segunda División española. Cabe destacar que antes de la temporada 1990/1991, los filiales podían disputar la Copa del Rey e incluso se disputó en la temporada 1979/1980 una final entre el Real Madrid y su filial, el Real Madrid Castilla.
La ida se disputó un jueves 21 de enero de 1982 en el Estadio Vicente Calderón frente a cerca de 8.000 espectadores. El equipo franjirrojo salió con Mora, Izquierdo, García Jiménez, Álvarez, Rocamora, Benito, Escribano, Guzmán, Aguilar, Pozo y Paco. Según J. Alcaide, que firmó la crónica del encuentro en Mundo Deportivo, «el partido fue soporífero con posesiones inertes que no llevaron a casi ninguna ocasión».
De esta forma, la eliminatoria pasaba a decidirse en la vuelta. El viernes de la semana siguiente, en un Estadio de Vallecas con 5.000 personas, el Rayo salió con el siguiente once: Mora, Izquierdo, Uceda, García Jiménez, Rocamora, Benito, Robles, Escribano, Marín, Morón y Pozo.
En el minuto 17, el Rayo hizo el primer gol con un lanzamiento de penalti transformado por Pozo y que señaló el colegiado por mano rival. Cerraría el partido en el minuto 56, de nuevo con Pozo como protagonista. El madrileño sirvió una falta lateral en la cabeza de Marín que ponía el 2-0 definitivo que garantizaba el pase del conjunto vallecano a la siguiente ronda.
Cuartos de final: Real Zaragoza
El sorteo de cuartos no fue tan benévolo con el equipo rayista. El conjunto al que se iban a medir para buscar el pase a las semifinales sería el Real Zaragoza. El equipo maño solo había estado dos temporadas en Segunda División en las últimas 25 campañas. Entre los integrantes de la plantilla del Zaragoza estaban Pichi Alonso, Jorge Valdano, y el legendario Juan Señor, autor del gol número 12 frente a Malta en el histórico 12-1 de 1983. Además, al frente del bloque se encontraba el prestigioso y experimentado Don Leo Beenhakker
Sin embargo, el rival no llegaba en su mejor momento. Los blanquillos habían empezado el año sin ganar en ninguno de los cinco encuentros que habían jugado en Liga (1 empate y 4 derrotas) y habían pasado su eliminatoria frente a la histórica UD Salamanca, que justo había descendido, por 3-2.
En el encuentro de ida en La Romareda el 4 de febrero, el Rayo salió con Mora; Izquierdo, Uceda, García Jiménez, Rocamora; Guzmán, Alvarez, Morón; Aguilar, Robles y Pozo. Por la entidad de rival y la condición de visitante del conjunto rayista, el entrenador Peñalva planteó un partido en el que buscaron situaciones de contragolpes para marcar gol. Y el plan no pudo salir mejor. A los 17 minutos de partido, Robles (que se marchó lesionado en el minuto 60 y se perdería la vuelta) anotó el primer gol del encuentro.
El Real Zaragoza buscaba remontar el encuentro aunque, fruto de la mala racha que acumulaban, mostraban muchos nervios y falta de confianza. A pesar de ello, lograron empatar al borde del descanso con un remate de Valdano que estaba solo y en posición dudosa de fuera de juego.
En la segunda mitad, el equipo rayista salió a defender el empate con todo y fruto de ese repliegue, el conjunto aragonés dominó la segunda mitad y acabó encontrando el gol de la victoria en el minuto 66 con otro remate de Valdano, de nuevo en una posición muy dudosa. Con 2-1 en el marcador terminaría la ida con un resultado bastante positivo para el Rayo pese a la derrota.
Para la vuelta, el Estadio de Vallecas presentaba una muy buena entrada para vivir una gran noche copera. Los once franjirrojos elegidos para el encuentro eran: Mora; Izquierdo, Uceda, García Jiménez, Rocamora, Benito, Castro, Aguilar, Pozo y Paco. Con la afición volcada, el Rayo jugó una espectacular primera parte en la que se lanzaron al ataque para remontar la eliminatoria.
Y tal fue el dominio vallecano, que al descanso vencían por 3-0 con goles de Benito, Aguilar y Pozo. Sin embargo, el equipo maño iba a recortar distancias con el gol de Amarilla, delantero paraguayo que había sido sorprendentemente sacado del once titular y entró al campo en el 37, justo antes del descanso.
La segunda mitad empezó de manera frenética con dos goles en los primeros tres minutos. El primero con firma franjirroja, obra de Aguilar, y después Valdano marcaría el 4-2 tan solo un minuto después. Con el resultado de cara, y el tiempo corriendo a su favor, los vallecanos se dedicaron a mantener el resultado y sellarían el pase con un contragolpe que desembocó en el hat-trick de Aguilar en el minuto 67.
Semifinales: Real Sporting
De esta forma, el Rayo Vallecano entraba en el bombo de cuatro equipos que disputarían una eliminatoria por un puesto en la gran final. Los tres equipos que completaban el cuarteto fueron la Real Sociedad (que venció en los penaltis al Athletic Club), el Real Madrid (que ganó al Atlético por 0-1) y el Real Sporting (que salió ganador de su eliminatoria con el Deportivo de la Coruña por 2-1). Del sorteo iban a salir contentos el Rayo Vallecano y el Real Sporting, que se iban a medir entre ellos. Prueba de ello son las declaraciones de los presidentes.
El gerente del Real Sporting José Manuel decía al diario Mundo Deportivo: «Creo que contra el Rayo tenemos más posibilidades de jugar nuestra segunda final consecutiva. Cualquiera de los otros dos nos habría creado más dificultades, aunque el KO. del Zaragoza debe abrirnos los ojos».
Y por el otro lado, el entonces presidente del Rayo Vallecano, Francisco Fontán, respondía lo siguiente: «Desde un principio dije que preferíamos al Sporting ya que, aunque tiene grandes figuras le veo más factible para llegar a la final por primera vez en nuestra historia. Quizá el Real Madrid nos hubiese proporcionado mayor taquilla, pero la presencia del Sporting marcará ya un hito en la historia copera del Rayo».
La ida se jugó en Vallecas y Manuel Peñalva sacó el siguiente once: Mora; Izquierdo, García Jiménez , Uceda, Rocamora; Benito, Castro, Morón; Aguilar, Pozo y Paco. En la crónica del encuentro, el corresponsal de Mundo Deportivo, Damián González, criticó el juego del equipo franjirrojo sentenciando que «a la hora de la verdad el Rayo no fue el esplendoroso equipo copero sino que jugó como lo viene haciendo en la Liga; es decir, sin brújula».
Por ello, y pese a que también se menciona que la actuación del Sporting dejó mucho que desear y que salió a defenderse, el Rayo Vallecano terminaría perdiendo 0-1. El gol de los rojiblancos llegó en el minuto 76 con un lanzamiento de falta directa de Doria. Sin embargo, los vallecanos también pudieron marcar en antes en el minuto 69 con un centro chut de Izquierdo que se estrelló en el larguero.
Pero la noticia de ese encuentro no iba a ser solo deportiva. La taquilla recaudada ese día iba a ser embargada por el ex presidente Francisco Encinas. Según ABC, como consecuencia de las relaciones mercantiles desarrolladas hasta julio de 1982, la Agrupación Deportiva Rayo Vallecano (desde junio de 1992 sociedad anónima), llegó a adeudar a Encinas –presidente del Rayo entre 1978 y 1980- 162.273 euros, a los que hay que sumar intereses que elevan la cantidad a 209.152 euros. Esta acción fue criticada por la directiva de ese momento, encabezada por Fontán.
En la vuelta, el Rayo necesitaba remontar el resultado de la ida. El técnico, Manuel Peñalva, repitió el once de la ida con el único cambio de Juan por Pozo, que ya se fue lesionado en la ida en el minuto 20. Sin embargo, la esperanza de dar la vuelta a la eliminatoria se iban a esfumar rápidamente. En el minuto 8, Mesa ponía al Sporting por delante. Pese a ello, el Rayo cayó peleando y tuvo varias ocasiones para empatar, aunque terminó encajando dos goles más en los últimos diez minutos. Con ese 3-0 en la vuelta se terminaba definitivamente el camino del Rayo Vallecano en la Copa del Rey. Una andadura histórica que terminaba amargamente pero quedaría para siempre en el recuerdo de la afición rayista.