Vallecas pide otra ronda copera
Corrían las 8 de la tarde y en Payaso Fofó se respiraba fútbol copero, una competición de formato renovado y que genera más ilusión entre las aficiones de los equipos modestos. Y ahí estaba el Rayo, en frente un Betis en ascenso y con jugadores excelsos con balón; pero no contaban con el mejor de los factores, el Rayo ayer no jugó con 11, ni con 12, jugó con más de 10 000 personas y sus gargantas.
Una primera parte igualada con minutos de tanteo, pero mientras corrían los minutos el Rayo ganaba más y más peso en el control del partido con ocasiones claras que casi suponen el 1-0. El encuentro para los de Vallecas pasaba por mantener lejos del dominio del esférico a Fekir, que cada vez que cogía la bola solo le podían derribar en falta y por ahí pasaba gran parte de las opciones de los verdiblancos.
Fue justo al comenzar el segundo acto cuando Joni, el Niño de El Pozo, puso un córner cerrado al segundo palo que remató Catena, y ya van 4 en su cuenta personal, para mandarla al fondo de la red y comenzar el éxtasis de la hinchada. A partir de este momento el partido se volvió algo más bronco con faltas sancionadas con un criterio algo dispar. El Betis necesitaba empatar y sacó su artillería con Loren, Tello y Joaquín.
Seguía controlando el Rayo el partido y tuvo oportunidades para anotar un segundo, con un posible penalti no pitado por mano a Emerson que De Burgos Bengoetxea, que tuvo una tarde desacertada, señaló como saque de esquina. Fue un balón largo a la espalda de la defensa que acabaría en un centro raso al corazón del área para que el capitán de 38 años empatase la contienda a los 83′ de juego, poco después los vallecanos tuvieron una ocasión sumamente clara, y en la réplica Loren estrelló un balón al poste.
El Rayo empezó mal la prórroga
Comenzaba así el tiempo extra con una afición que no se creía como no estaban celebrando la victoria ya, pues hizo más méritos el Rayo para llevarse el partido en los 90′, pero Vallecas siguió rugiendo como no lo había hecho esta temporada. La prórroga comenzaría con un jarro de agua fría pues en el 96′ Loren puso el 1-2 gracias a un disparo al palo largo de Morro. La gente no se lo creía pero Vallecas se había vestido de gala y le tocaba salir al campo. Y salió, y no cesó, Vallecas recuperó su mística, la gente no dejó de creer nunca.
El Rayo se volcó a por el empate y estuvo a punto de salirle caro, pues primero Tello y luego Aleñá, se toparon con un heroico Morro que mantuvo al Rayo con vida, y tanto vivía que en una Feddal, en vez de mandar el balón a la grada, lo estrellaría entre el linier y la valla publicitaria. Cogió así Advíncula el cuero rápidamente para sacar con Álex Moreno intentando ralentizar el juego, pero esfuerzo en balde; saque rápido, balón a Álvaro, centro al área y ahí estaba Andrés Martín para anotar, en el 118′, el empate, el gol de todo corazón franjirrojo.
Sufrimiento en los penaltis
No daba tiempo a más y todo se iba a decidir en la llamada «lotería de los penaltis», Morro y Dani Martín querían elevarse a la categoría de héroes. Se iban a tirar en el fondo de la valla, y el Rayo tiró de picardía colocando a los recogepelotas para distraer a los lanzadores del equipo sevillano. Joaquín la envío a la propia valla, donde pone coraje, lo que no le faltó al Rayo en toda la noche. Mario no fallaba para los de Jémez aunque alguno terminó de infartarle, Loren la puso en la misma escuadra y Pozo contestaba; 1-2. Aleñá rozó la mano de Morro para marcar, Saúl puso el 2-3 y ya no quedaban uñas ni corazones sanos en el barrio. Le tocaba Tello… y volvió a señalar la palabra coraje errando los 11m. lanzando el balón alto al igual que su compañero Joaquín; todo dependía de Catena, nadie mejor que él para dar al Rayo la gloria tras su excelsa temporada, y no, no falló, anotó el 4-2 definitivo de la tanda y ponía al Rayo en los octavos de Copa.
Éxtasis, locura, Vallecas recuperó su mística y «La vida pirata» resonó como hacía tiempo no se escuchaba. Ahora, Extremadura; luego sigamos soñando con el Villarreal.
Foto: Rodrigo Jiménez / EFE
